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Agitación interna

La vida. Ese largo camino cargado de experiencias, pasiones, incertidumbres y deseos. Ese continuo estado de aprendizaje que nos coloca con los pies en el suelo y la vista en el horizonte. Nos permite sentir felicidad y otras veces sufrimiento, experimentando una dualidad como estado permanente de crecimiento.

Agresividad

Durante la última semana, la calle y los medios de comunicación de mi ciudad han estado llenos de comentarios acerca de la agresividad y la violencia en la juventud. Tanto es así, que he decidido recordar en este post algunos aspectos de la agresividad humana, a modo de invitación para reflexionar  juntos.

Terapia de Pareja

En la mayoría de las ocasiones, las parejas acuden a terapia buscando ayuda profesional tras un evento desencadenante como, por ejemplo, una infidelidad, como último recurso cuando la relación ya está muy deteriorada o simplemente porque es tan alta la conflictividad y la falta de entendimiento entre los miembros de la pareja que la terapia les parece la única solución posible. Lo cierto es que no deberíamos esperarnos a que la pareja esté a punto de romperse para poder mejorarla.

Síndrome de Alienación Parental

Entre las décadas de los 80 y 90, el médico Richard Gardner publicó una serie de artículos donde definió el Síndrome de Alienación Parental (SAP) como un desajuste psicológico promovido por un progenitor que causa en el menor la denigración y rechazo sin justificación contra el otro progenitor.

No obstante, tanto la Asociación de Psicología Americana (A.P.A.) como la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), se han pronunciado en contra de la continuación del uso del SAP en la psicología y el derecho por carecer de estudios científicos que avalen su base teórica.

De nuevo nos estamos encontrando con un aumento del número de contagios durante estas Navidades. Eso produce desasosiego en la sociedad, un aumento del miedo y la ansiedad, así como una discordancia de qué hacer para evitar el contagio con las personas de nuestro alrededor y alguna silla vacía en muchas casas durante la Navidad.

Están siendo unas fechas dolorosas para muchas personas que han perdido familiares y que en alguno  de esos casos, no se ha podido, por circunstancias sanitarias, elaborar un duelo de forma saludable. Se generan emociones de tristeza, rabia y frustración.

Odio la navidad

¡Ya estamos de nuevo en Navidad! Época de luces, colores, regalos, reencuentros, comidas familiares, y alegría por todas partes… ¿o no?

Parece que con la Navidad llega cierta exigencia de sentirnos felices que no es fácil de gestionar, ya que en ocasiones es difícil encontrar motivos solo porque estemos en estas fechas… en ocasiones es más bien al contrario.

Tinter Love

Estamos en la era digital. Casi todo lo que hacemos o que necesitamos pasa por un ordenador o móvil. Todo se ha hecho fácil: una compra, la resolución de asuntos burocráticos o de trabajo, búsqueda de informaciones, aprendizaje, y porque no, establecer relaciones o encontrar pareja.

Agorafobia

Coloquialmente el trastorno de Agorafobia es definido de forma errónea como el miedo a los espacios abiertos. Debido a que en la Grecia Antigua, el “Agora” era la plaza pública de la ciudad donde ocurría la vida mercantil y política. Por eso, solía ser un espacio bastante amplio en el que cupiese un gran número de personas. Dada la sintomatología y la terminología es lógico que a nivel general haya confusión respecto a qué sucede realmente en la Agorafobia.

Dismorfofobia

¿En qué consiste?

El trastorno dismórfico corporal (TDC), anteriormente conocido como dismorfofobia, es una enfermedad que se caracteriza por la preocupación por un defecto imaginario del aspecto físico, que causa un sufrimiento significativo e interfiere en áreas importantes de la actividad diaria. Si realmente existe una pequeña anomalía física, la preocupación por ésta es exagerada y problemática.

 

¿Quién lo describió? ¿Siempre se ha llamado así?

Estoy segura de que todos nosotros en los últimos tiempos hemos oído hablar de un concepto que cada vez se está escuchando más: el comer emocional. De hecho, aunque no le hayamos puesto el nombre, también es seguro que todos lo hemos hecho alguna vez, no es algo nuevo: comer como consecuencia de una emoción.

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