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Superpoderes frente al coronavirus

En estos días de tanta incertidumbre, es inevitable sentir una gran preocupación frente a los momentos que estamos viviendo, y puede resultarnos muy difícil gestionar la intensidad emocional que nos provocan.

Violencia Filio-Parental

La violencia filio parental (en adelante VFP) es un tipo de violencia familiar, en la que quien comete el acto dañino es un menor con la intención de causar un daño físico, psicológico o económico a uno o ambos progenitores para ejercer el poder y control sobre ellos. Dentro de este tipo de violencia se incluye una amplia gama de comportamientos abusivos que incluyen el robo, destrucción de la propiedad, la agresión, intimidación, también se incluyen amenazas de autolesión cuando el objetivo es ejercer el control.

Problemas familiares

En general es complicado manejar ciertas relaciones familiares porque sentimos que todo lo que nos une (que en ocasiones es escasamente el vínculo de sangre) debería ser más importante que aquello que nos invita a tomar distancia, y esto a veces se traduce en relaciones basadas en la insatisfacción y la capacidad de "aguantar".

Examenes estudiantes

“No es el problema externo lo que nos da miedo, sino pensar que no tenemos los recursos para enfrentarnos a él.” (Lazarus)

La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo y un sistema de protección que se activa ante situaciones desconocidas o estresantes que pueden ser realmente peligrosas o falsas alarmas. Su puesta en marcha se manifiesta en los siguientes niveles de respuesta: cognitivo (pensamientos), emocional (miedo), fisiológico (respuestas físicas) y motor (conductas, aquello que hacemos).

Comiendo tarta

En la actualidad escuchamos muy a menudo el término "hambre emocional" haciendo referencia a esa forma de comer donde uno siente que lo hace, no para cubrir necesidades nutricionales, ni siquiera atendiendo a los mecanismos de hambre y saciedad, sino más bien para calmar algo, para llenar algún vacío.

Salud mental de tu hijo

Cierran los coles, abren las escuelas de verano, prisas, carreras, las vacaciones de los padres que parece que no llegan, abuelos preparados para echar una mano, olas de calor, rebajas, trafico infernal, malestar, ventanas abiertas, ruido, ruido de noche y de día, compromisos sociales, planes, elecciones, expectativas que se quiebran, festivales, conciertos, mosquitos…  así corre la vida, queramos o no, y se nos escapa y pensamos alcanzarla cuando lleguemos a ese destino soñado, o a ese día que no haya que madrugar, pero no hay vuelta atrás, lo que pasó pasó.

Desórdenes alimentarios

Cuando hablamos de trastornos alimentarios es probable que rápidamente vengan a nuestra mente dos conceptos: anorexia y bulimia. Es cierto que ambos trastornos son los más conocidos entre los desordenes de tipo alimentario, pero en realidad dentro de este tipo de problemas podemos encontrar algunos más.

Resiliencia

De un tiempo a esta parte, en los últimos años cada vez más, se escucha la palabra “resiliencia”, que es entendida como la capacidad de las personas para adaptarse y superar situaciones adversas e incluso salir reforzados de ellas.

Desde una crianza respetuosa y de buenos tratos, es lógico pensar que toda madre/padre o cuidador principal de los niños y adolescentes, pretendan que sus hijos crezcan resilientes, con el fin de que obtengan un menor sufrimiento de las experiencias a las que se han de enfrentar a lo largo de sus vidas.

Autoconcepto infantil

A menudo escuchamos consejos sobre la crianza, sobre cómo hacer lo mejor para los/as niños durante sus primeros años de vida. Existen innumerables libros y publicaciones que generan interesantes debates sobre qué es mejor hacer o no hacer, perdiéndonos en un mar de argumentos con diferentes cuestiones.

Trataré de explicar, en este artículo, algo que unifica varias preguntas, pues en realidad constituye la raíz de todo. Teniendo en cuenta lo que comentaremos a continuación, simplificaremos mucho el "qué hacer o no" con nuestros hijos.

Emociones de los Demás

La mayoría de nosotros/as hemos sido educados/as en el “no hagas al otro/a lo que no quieras que te hagan a ti” y con ello, muchos/as hemos crecido intentando que los demás se sintieran bien a nuestro alrededor. Aprendimos que tenemos que (com)portarnos bien y que el buen trato es un principio de convivencia importante. Además, algunos/as también crecimos bajo el mandato de la complacencia haciendo que el foco de nuestra atención se centrara más en el bienestar ajeno y se nos olvidara el nuestro propio.

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