
Todos tenemos una vocecita interna que nos habla continuamente, esta voz puede hablar como un crítico, que constantemente nos está reprochando que no somos suficientemente inteligentes, atractivos, rápidos, que a veces nos avergüenza con mucha intensidad por cometer errores, que otras nos intimida diciendo que no seremos capaces de lograr nada de lo que nos proponemos, que nos culpa por no haber hecho más y mejor o nos hace dudar de nuestras decisiones.
Esta vocecita interna , en realidad tiene muy buena intención, pretende protegernos o impulsarnos para que mejoremos, librándonos de posibles fracasos o rechazos, sin embargo, muchas veces se convierte en una manera muy real de aumentar nuestras inseguridades y desarrollar patrones de pensamiento negativos, que afectan significativamente a nuestra salud.
Según la neurocientífica Nazareth Castellanos , la forma en que nos hablamos a nosotros mismos, como cuando nos criticamos con excesiva dureza ,tiene un impacto en nuestro cerebro que se ve reflejado en aquellas áreas vinculadas al estrés y la ansiedad
¿Pero de dónde sale esa voz crítica?
La voz interior crítica es un punto de vista que interiorizamos temprano en la vida, basado en las experiencias que tuvimos en la niñez y la adolescencia. Puede representar la forma en que fuimos vistos por un cuidador o cuidadora influyente, particularmente en momentos en que esa persona no estaba en sintonía con nosotros. También se alimenta de nuestra propia tendencia a compararnos, y de los mensajes sociales que recibimos, especialmente aquellos que enfatizan la perfección y la competencia.
Cuando el crítico interno se vuelve un patrón dominante, puede crear un sistema conflictivo y desequilibrado, lo que probablemente afectará a nuestra autoestima y a nuestra salud mental.
Pero aunque nuestro crítico interno puede tener efectos devastadores en nuestra vida (baja autoestima, estrés, ansiedad, relaciones tóxicas, dificultad para tomar decisiones), existen formas de poder manejarlo, para ello es importante
- Reconocer y aceptar, reconocer la voz crítica interior y aceptarla como una parte de nosotros mismos, pero no necesariamente como la verdad.
- Desafiar los pensamientos críticos y reemplazarlos con pensamientos más realistas y compasivos.
- Practicar la autocompasión, tratarnos con amabilidad y comprensión al igual que trataríamos a un amigo
- Desarrollar una mentalidad de crecimiento y ver los errores y fracasos como una oportunidad para aprender y crecer.
La autocompasión es la mejor forma de lidiar con nuestro crítico interno.
Autores como P. Gilbert o K. Neff, nos hablan de que la autocompasión implica tres factores:
- Amabilidad hacia uno mismo, ser amable y comprensivo con uno mismo, en lugar de crítico o juzgador.
- Humanidad compartida, reconocer que todos los seres humanos son imperfectos y que los errores y fracasos son parte de la experiencia humana
- Atención plena, estar `presente en el momento y aceptar las emociones y pensamientos sin juzgarlos.
Al desarrollar la autocompasión podemos mejorar nuestras relaciones interpersonales, aumentar nuestra empatía y comprensión hacia los demás y desarrollar una mayor sensación de conexión y humanidad.
Psicóloga
Adultos y familias






