
Cuando hablamos de violencia en una relación, muchas personas piensan solo en golpes. Pero la verdad es que hay muchas formas de hacer daño, y muchas veces, empieza de manera tan sutil que ni nos damos cuenta. Por eso es tan importante hablar de esto, para poder detectar señales a tiempo y construir relaciones sanas desde el principio.
¿Cómo es la violencia en una relación?
La violencia en una relación ocurre cuando una persona usa el poder, el control o el miedo para dañar a la otra. Y no siempre es física, como golpes o empujones.
También psicológica o emocional: insultos, manipulación, chantaje, hacerte sentir menos, tono de voz alto.
- Sexual: obligarte a tener relaciones o hacer cosas que no quieres.
- Económica: controlar tu dinero, no dejarte trabajar o estudiar.
- Digital: coger tu teléfono, controlar tus redes, publicar cosas sin tu permiso.
Muchas veces empieza con actitudes que parecen “normales” o “por amor”, pero en realidad hacen daño.
Algunas señales de alerta
Control excesivo
- Te pide explicaciones por todo: dónde estás, con quién, por qué tardaste.
- Quiere revisar tu teléfono, tus mensajes, tus redes.
- Decide por ti: cómo vestirte, a quién ver, qué hacer.
Celos constantes
- Se pone mal o se enfada si hablas con alguien más.
- Te acusa de “coquetear” aunque no sea cierto.
- Usa frases como: “Si me quisieras, no hablarías con esa persona”.
Humillaciones o insultos
- Te critica o se burla de ti, incluso frente a otras personas.
- Te hace sentir menos, tonta, fea o incapaz.
- Usa el sarcasmo o “chistes” que te hacen daño.
Manipulación emocional
- Te hace sentir culpable por cosas que no hiciste.
- Te dice que sin él/ella “no vales nada”.
- Usa frases como: “Nadie te va a querer como yo”.
Aislamiento
- Te aleja de tus amigos, tu familia o actividades.
- Se enfada si sales sin él/ella o si te diviertes sin su compañía.
- Te hace elegir entre él/ella y las personas que quieres.
Explosiones de enfado o miedo
- Tiene cambios de humor repentinos.
- Te grita, te amenaza o rompe cosas cuando se enfada.
- Te hace sentir miedo, aunque no haya llegado a golpearte.
Minimiza lo que pasa
- Si le dices que algo te dolió, te responde con:
“Estás exagerando”, “No fue para tanto”, “Es tu culpa”.
¿Cómo se ve una relación sana?
- Hay respeto: cada uno puede ser como es, sin miedo.
- Se puede hablar sin pelear ni gritar, incluso cuando hay desacuerdos.
- Hay confianza, no control.
- Se respetan los límites personales: si algo no te hace sentir bien, se habla y se respeta.
- Cada uno tiene su espacio para amistades, gustos, tiempo para uno mismo.
¿Qué hacer si sientes que algo no está bien?
A menudo estamos en relaciones en las que lloramos más de lo que jamás hubiéramos imaginado. Lloramos tanto que nuestra sonrisa se borra y desaparece y nos olvidamos de lo que se sentía siendo libre y feliz… y eso ya no es más que un lejano y borroso recuerdo de un pasado que ya ni siquiera estamos seguros de que hubiera existido de verdad… Debemos detenernos y hacernos estas preguntas:
“¿Quien te quiere… te hará llorar? ¿Eso es querer para mí? ¿Yo le haría daño a alguien a quien quiero?” Solo hay una respuesta posible: NO.
- No te calles. Habla con alguien en quien confíes.
- No te sientas culpable.
- Pide ayuda. Hay psicólogos, grupos de apoyo y líneas telefónicas donde te pueden orientar.
- Y lo más importante: cuida tu seguridad y tu salud mental. Alejarse a tiempo es un acto de amor propio.
Prevenir es clave
Enseñar a niñas, niños y adolescentes sobre el respeto, la empatía y la resolución pacífica de conflictos ayuda a construir relaciones más sanas en el futuro.
Si tu día a día está compuesto por grandes dosis de tristeza, culpa, rechazo, pena, rabia, menosprecio, debilidad, maltrato, ansiedad, llanto, apatía, desilusión… y lo único que te mueve es la idea de lo que puede llegar a ser esa relación y no es… estamos probablemente con la persona equivocada.
Apuesta por ti y por la persona adecuada, que te haga vibrar, te quiera y te trate con amor.
El amor no duele. El amor no controla. El amor no humilla.
Psicóloga y sexóloga







