
El verano ha llegado. Y eso, para muchas personas, es sinónimo de que las vacaciones están muy, muy cerca. Sin embargo, no es extraño tener la sensación de que ese tiempo es corto y hay que aprovecharlo al máximo. En parte, esa sensación de que el tiempo de vacaciones es corto se debe a que, en el horizonte, vemos que el trabajo nos está esperando. Es como si no fuese tiempo suficiente para desconectar, resetear y prepararnos para volver con energía a las obligaciones. “Cargar las pilas” que se suele decir.
Si bien las vacaciones sirven para tomarse un descanso del trabajo, darles el único propósito de poder seguir trabajando después puede resultar contraproducente.
Quitar esa mirada del horizonte, del futuro, y traerla al presente para que sea posible disfrutar de ese tiempo es tan ideal como complicado. Más si tenemos en cuenta que muchos de nosotros llevamos el trabajo no sólo en nuestras mentes, sino también en nuestros bolsillos. Esa sensación de que, en cualquier momento, el móvil puede sonar y reconectarnos con el trabajo puede ser la que, paradójicamente, dificulte la desconexión.
Entonces, ¿cómo hacemos para no sólo desconectar del trabajo, sino también para conectar con otras cosas? Veamos algunos tips para facilitar que estas vacaciones podamos tanto desconectar del trabajo como disfrutar de familia, amigos, planes y, por supuesto, de nosotros mismos.
1. Haz planes antes de que lleguen las vacaciones
Los humanos somos animales de costumbres. Al cerebro le gusta que todo sea lo más predecible posible, así que predice el mundo en base a lo que suele pasar. Tras meses de trabajo continuado, la inercia es activar recursos que nos preparen para trabajar. Si eso no cambia antes de las vacaciones, los primeros días podemos sentirnos agitados por esa incertidumbre ante no saber qué hacer ahora que no tenemos que hacer lo que solemos hacer.
Tener planes para las vacaciones ayuda a dar una estructura y predecir lo que cabe esperar, facilitando que el cerebro entienda que es momento de ponerse en “modo vacaciones”. Busca actividades, organiza planes con amigos y familia, proponte un proyecto que te guste… Hacer una lista con todas estas cosas puede ser de utilidad para, llegado el momento, no sentirnos tan perdidos.
2. Organiza la vuelta al trabajo antes de irte
Qué cosas pendientes tendremos o por dónde empezar a la vuelta al trabajo mantiene activos los recursos que usamos para trabajar y puede generar incertidumbre y, por tanto, algo de ansiedad. Por ello, es recomendable establecer un plan para los primeros días de trabajo tras las vacaciones, de forma que el cerebro no sienta la necesidad de hacerlo durante los días de descanso.
Antes de irte, repasa lo que queda pendiente para la vuelta, organízalo en tareas, establece un orden de prioridades y asigna un tiempo a dedicar a cada tarea tras la vuelta.
3. Mantente offline
Internet es una herramienta que nos facilita mucho la vida, sin duda. Sin embargo es un arma de doble filo. Y es que nos mantiene conectados a todo el mundo en todo momento, también al trabajo. Es por ello que la desconexión digital durante las vacaciones es fundamental para apartar el trabajo durante el descanso (y no sólo en vacaciones, todo sea dicho).
Si tienes dispositivos de empresa, procura dejarlos en el lugar de trabajo. Evita tenerlos en casa. Si son dispositivos personales, existen varias herramientas que podemos utilizar. Silenciar o bloquear temporalmente contactos de trabajo, desactivar las notificaciones o desinstalar aplicaciones pueden ser algunas opciones.
4. Establece límites
Conductas aparentemente inocentes, como el ser contactado por la empresa en tiempo de descanso (ilegal en España desde 2018, por cierto) o mantener conversaciones informales sobre el trabajo, pueden mantener el entorno laboral rondándonos la cabeza. Por ello, es importante fijar y mantener límites adecuados que garanticen nuestro descanso.
Dejar claro de antemano que no deseamos hablar de trabajo (también con amigos y familiares) o que no deseamos ser contactados por trabajo facilitará que nuestro entorno personal y laboral respete ese periodo de descanso. No sólo con el trabajo, sino también podemos poner límites para rechazar planes que no nos apetezcan o evitar conectar con otros estresores.
5. Mantén tus hábitos saludables y adáptalos si quieres
En vacaciones es habitual que los planes supongan, en muchas ocasiones, apartar temporalmente unas rutinas de autocuidado para cuidarnos de otra forma, a través del ocio. Actividades como el deporte, una alimentación saludable o un sueño suficiente suelen ser difíciles de compaginar con la improvisación y el salir de la rutina que, a muchos, nos gusta incluir durante las vacaciones.
Por tanto, para no dejar nada completamente de lado, es aconsejable mantener esos hábitos en la medida de lo posible. Es decir, seguir practicando deporte, manteniendo una alimentación equilibrada y descansando lo suficiente el máximo tiempo posible, sin que ello impida hacer excepciones para disfrutar del tiempo de ocio con otras actividades que, como todo, también son saludables en su justa medida.
6. Dedícate tiempo a ti
Que somos seres sociales está claro. A quien más y a quien menos, el contacto con otras personas es algo prácticamente imprescindible en nuestras vidas. Sin embargo, eso que llaman desconectar también puede implicar disfrutar de tiempo a solas.
Sentarse con un buen libro, tener un día de spa en casa (o donde sea), ir a una cala perdida sin compañía... Las actividades en solitario permiten conectar con uno mismo, cuidarse y escucharse, y las vacaciones son un tiempo ideal para poner esto en práctica.
Psicólogo Adultos y Adolescentes