Importancia del juego en los niños

Niños jugando a la pelota

Esta época en la que los niños empiezan sus vacaciones de verano, cuando jugar se convierte en la tarea más importante para ellos, considero que es un buen momento para hablar del valor de los juegos en la infancia.

El juego tiene ese aspecto lúdico y placentero para los niños a la vez que interviene de forma decisiva en el proceso de aprendizaje y en el desarrollo de la afectividad y su socialización. A través del juego, el niño va conociendo su entorno: identifica formas, colores, sonidos, experimenta con su propio cuerpo… y al mismo tiempo le sirve para expresar sus emociones, aumentar la seguridad en sí mismo y desarrollar diferentes aptitudes, como la destreza manual, el lenguaje, la atención y la memoria.

A su vez, el juego será el modo de entrar en contacto con otros niños y adultos, por lo que se convertirá en un soporte esencial en las relaciones sociales. Le permitirá diferenciarse, aprender y valorar el punto de vista de los demás, y comenzar a respetar normas y reglas fundamentales para la convivencia. Todo ello dentro de un proceso evolutivo marcado por la edad y las características individuales de la maduración psicomotriz de cada niño, que determinarán el tipo de juguete y la forma de jugar.

Alguna vez me han preguntado en consulta, ¿es bueno que intervenga en los juegos de mis hijos?

No sólo es positivo, sino que nos ofrece una oportunidad inmejorable para compartir con ellos todos los aspectos de su evolución, además de fomentar las relaciones familiares. A través del juego estrechamos los lazos afectivos y la comunicación familiar.

Os dejo algunos detalles que van a enriquecer el momento de juego con los niños:

  • Respetar la imaginación de los niños. Es importante jugar con ellos sin intentar aplicar la lógica y las reglas de los adultos, especialmente si son pequeños.
  • Participar en sus juegos dando ideas es muy positivo, aunque sin cortar su espontaneidad e imaginación y sobre todo sin imponerles juguetes o juegos que no les apetezcan.
  • Los niños suelen utilizar el juego para atraer toda nuestra atención. Es tarea de los padres hacerles entender que no siempre es posible, les ayudaremos a organizar sus actividades de forma que vean que hay un momento para cada cosa.
  • Dramatizar situaciones cotidianas. Ayudarles a entender aspectos de la vida real, como ir al médico o un accidente, mediante la dramatización de situaciones que para ellos puedan ser dolorosas o angustiantes. En definitiva, conocer el mundo a través del juego.
  • El desorden forma parte del juego. Concienciarnos de ello para que no interfiera en el momento del juego. Al terminar de jugar habrá que motivarles a que recojan todos sus juguetes.

Cuando veamos a nuestros hijos jugar, tengamos presente todo lo bueno que implica. El juego fomenta el desarrollo de habilidades de manera espontánea, como un valor añadido al acto mismo de jugar, y sería un error convertir cada uno de sus juegos en una actividad didáctica.

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