CBD, ¿la nueva “droga”?

CBD Cannabidiol

CBD es una abreviación de cannabidiol. El cannabidiol es un compuesto químico que es encontrado tanto en el cáñamo, como en la planta de Cannabis.  Otro cannabinoide famoso es el THC, aunque son compuestos químicos de la misma familia, es importante no confundirlos: El THC se encuentra únicamente en la planta de Marihuana, y tiene efectos psicoactivos, lo que significa que su valor está más en el lado recreacional que en el medicinal, produciendo lo que llamamos “el colocón”.

La historia oficial del uso medicinal del CBD comienza en los Estados Unidos, en 1940, año el cual se realizan las primeras investigaciones, inicialmente se categorizo como sustancia ilegal, sin embargo, estudios llevados a cabo en privado habían demostrado su eficacia como medicina para ciertas condiciones, entre ellas, la epilepsia.

Según diversos estudios se ha probado que el uso de CBD, por su efecto analgésico, es beneficioso para algunos trastornos mentales como la ansiedad.

El CBD, pese a que no es una sustancia psicoactiva, tiene efecto calmante sobre:

  • Fatiga, cansancio.
  • Tensión muscular.
  • Dolor de cabeza, migrañas.
  • Sensación de náuseas y mareos

La ansiedad es un círculo vicioso. La persona ansiosa siente alguna molestia, dolor, o sensación desagradable: Esto provoca una reacción en cadena que hace que la persona se preocupe excesivamente por las sensaciones que está experimentando. Esto, a su vez, ocasiona una respuesta exagerada del cuerpo: los músculos se tensan, la persona suda, tu corazón se acelera (taquicardia), te duele el pecho, mareos, y un sinfín de sensaciones corporales que resultan muy desagradables para la persona que los experimenta.

Algunos receptores cannabinoides como CB1, CB2, TRPV, están presentes en las áreas del cerebro que controlan el comportamiento emocional, el estado de ánimo, el sueño, el estrés o la irritabilidad, entre otras emociones.

¿Es recomendado el uso de CBD en el tratamiento para el síndrome de abstinencia?

Varios estudios han demostrado que el uso de cannabinoides puede ser efectivo para combatir el síndrome de abstinencia en persona con adicción a benzodiacepinas, opiáceos y alcohol. En concreto, los cannabinoides podrían ser útiles para reducir síntomas físicos, pero también para controlar el estrés que padecen algunas personas al abandonar la sustancia de la que abusaban.

Finalmente podemos concluir con que no hay estudios que demuestren el efecto beneficioso en un tratamiento para el cese de consumo de Cannabis, por lo tanto, se demuestra la eficacia como efecto para calmar, pero no como un sustituto para abandonar el consumo de Cannabis.