Con la llegada del otoño y de los cambios de temperatura aparecen los primeros problemas en la voz: afonías, disfonías, irritación, molestias.
Aunque la voz es la herramienta de trabajo de muchas personas (docentes, cantantes, locutores, actores, vendedores, etc.), todos empleamos este instrumento diariamente para comunicarnos.
A menudo, sin darnos cuenta, realizamos acciones que pueden dañar nuestras cuerdas vocales y, si se mantienen, pueden dar lugar a alteraciones y trastornos de la voz.
Vamos a hablar de algunos consejos para cuidar la voz, evitar forzarla y poner en práctica hábitos vocales saludables:
- Emplear un volumen de voz moderado, no hablar gritando por encima del ruido ambiental.
- Hablar a un ritmo adecuado, articulando bien cada sonido (en lugar de aumentar la intensidad), pararse más a menudo y utilizar gestos para apoyar el discurso (atraen la atención del oyente y dan pistas semánticas).
- Intentar no utilizar el aire pulmonar residual para hablar, evitando así la sensación de ahogo y que no se llega al final de la frase. Respirar adecuadamente, dejando que el abdomen y la zona intercostal se muevan libremente. Respirar bien, es sinónimo de tener una correcta voz.
- Evitar poner en tensión la parte superior del tórax, hombros, cuello y garganta al inspirar o hablar. Observar el nivel de tensión o de distensión en esta zona.
- Asegurarse cuando se habla en público de que los oyentes vean los labios, un 30% del habla se lee en los labios del hablante.
- Cambiar la distancia física de los interlocutores para evitar incrementar la intensidad de la voz (disposición adecuada de sillas y mesas en las aulas, hablar cuando los interlocutores estén cerca, etc.).
- Evitar el consumo de bebidas muy frías o muy calientes. Limitar la ingestión de alcohol.
- Controlar el uso de condimentos excesivamente picantes en las comidas.
- Reducir el uso de tabaco. No fumar.
- Asegurarse un buen nivel de hidratación de las mucosas. Beber un mínimo de litro y medio de agua diario, tomar infusiones. Acostumbrarse a llevar siempre una botella pequeña de agua y beber a sorbos a lo largo del día. También es importante beber durante la exposición de la voz. El agua es el lubricante ideal para las cuerdas vocales.
- Tomar infusiones de tomillo, miel y limón. Beber lentamente para beneficiarse más.
- Realizar gárgaras con una infusión de hojas de salvia. Si resulta una sensación muy astringente puede prepararse la infusión añadiendo manzanilla a partes iguales.
- Si se toman caramelos para suavizar o cuando se nota mucha sequedad que sean de miel y limón, nunca de menta o eucalipto porque éstos resecan.
- Evitar cualquier perturbación violenta sobre las cuerdas vocales como toser con fuerza o carraspear para aclarar la voz, ya que suele producir fricción y una mayor irritación. En su lugar, bostezar para relajar la garganta y beber agua.
- Evitar la inhalación de sustancias tóxicas o irritantes: tabaco, gases, polvo, amoníaco, etc.
- Humidificar ambientes muy secos (calefacción) y controlar los aparatos de aire acondicionado (frío).
- Evitar los cambios bruscos de temperatura y las corrientes de aire.
- No intentar hablar cuando se está resfriado con un nivel de voz normal.
- Observar síntomas de fatiga vocal: sequedad, tensión, ronquera, etc.
- Evitar hablar mientras se está realizando esfuerzo físico, sobre todo el que suponga fijar la posición de los brazos (correr, bicicleta estática, bolsas de la compra, levantar pesas, etc.).
Psicopedagoga y Logopeda
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